82 PEDRO PRADO todo lo largo de el, como una caricia, aspiro el perfume de la madera, que quedo adherido a la piel. —Huele!—dijo a Mozarena.—dHay un aroma mas sugestivo? dQue te evoca? El pintor sonreia complacido. Muy de tarde en tarde Solaguren tenia esos arranques, y como en ellos mosfrabase ingenuo y hablaba lieno de entusiasta naturalidad, era grato el oirlo. —Parece que el animo esta mejor—exclamo Mozarena, golpeandole afectuosamente el hornbro. —dMejor? iQuien sabel dQue quiere decir mejor? —dAdonde vamos por este lado? dA Renca? —iHabra pasada en el rio para gente de a pie? Un breack de los que llevan pasaje'ros a Los Olivos, cruzaba en ese instante. —Subel—grito corriendo Solaguren—vamos a Barrancas. Arrastrado por la subita decision, salto a su vez Mozarena. Apretujados entre los otros pasajeros, So-

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