UN JUEZ RURAL 163 me atrevo a echarlo al suelo, les dije a los amigos alii presentes. No me creyeron. Las apuestas se cruzaron; y mientras ellos le lanzaban cuchufletas al sargento, yo lo traje con bestia y todo por tierra. Nadie me ha ayudado. Nadiej Lo malo fue que no contamos con que el reten estaba cerca, y al llegar los otros guardianes tuve que ponerles piedra y garrotazos, porque ya eran demasiados para uno solo. iY que yo entrara al reten...! ino tuvieron ellos la culpa? Alia se habian metido en busca de sus carabinas! iNo era para tanto! Habia una sola carabina; para que nadie se fatalizara, aht mismo la hice pedazos, Galindez, el preso, y Galindez, el secretario, sonretan. Solaguren encontraba que aun mayor simpatta rebosaba la brutalidad de ese hombre fuerte y risueno. —Me permite el senor juez—dijo el sargento—Esas son fantasias. Nos han pegado entre muchos. —Mentira, senor. qPara que, cuando yo sobro? Fue una apuesta. Yo no les tenia mala

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