150 PEDRO PRADO Si tiro de la cola, se la arranco y me quedo con ella... —dY de quien es esta pobre bestia? —De quien iba a ser; de Venancio; de Venancio .. —No lo conozco. —Ya se que no lo conoce. Lo voy a amarrar del cogote y de las patas. Venancio, mi vecino...! Espere aun. No; tiene que ser nudo pescuecero; asi lo ahorca patron; aguarde; dejeme a mi. Venancio, el famoso! anda paseando, el roto... Tire ahora! Entre los dos no lo vamos a poder sacar. Digale a su amigo que ayude. dEI pintorcito no es amigo suyo? —-Mozarena! Mozarena!—grito Solaguren. El pintor dio aun otras rapidas pinceladas, y acudio trotando. —Ya!—grito el gordo.—Para mi que lo vamos a destungar. Ya! Otro! Otro empenito! —Aguarde—imploro Solaguren.—Me pele un dedo. No; no es nada. —Otro!—gritaba el gordo.—Otro aun!—

RkJQdWJsaXNoZXIy Nzg5NTA=