130 PEDRO PRADO —Que se acerque la demandante—ordeno Solaguren. —pQue tiene usfed que agregar? Vengo, Su Senoria, pidiendo justicia. La vida se me hace imposible! Vivo en el callejon de Arteaga sin meterme con nadie, y esfa senora, que es vecina mfa, ha dado en la flor de insulfarme el dia enfero: desde la calle, desde el inferior del sifio, mientras lava; mientras cuida las ollas; en fin, que comienza cuando el gallo canta, y sigue hasfa que las velas no arden. —iY que le dice? —iQue ha de decir! Con el permiso de su senoria, me dice pufa y repufa; que soy esfo y lo ofro; que anoche un guardian.. .que lo... iu.. .iu. ..iu...,—exaltandose diose a llorar con lamenfos falsos, fiernos e infanfiles. —Menfira!—salto la inculpada, la del ojo vagabundo.—Menfira! es ella la que pasa pajadereando a todo el vecindario con sus cuentos y enredos, es ella la deslenguada, para ella fodas las mujeres somos unas grandfsimas... —Vean que senora fan final—silbo, levan-

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