92 PEDRO PRADO —Tan poco estudiado que esfa nuestro pueblo! Cuando vago por los caminos con mi caja de pinturas —prosiguio Mozarena,— cuando voy por los campos o los pequenos caserios, y observo sin animo de observar, cuando me enfrego a la venture de lo que me rodea y de mi mismo, todo lo que vislumbro, fuera o dentro de mi, me parece un descubrimiento. No sabes, entonces, que desprecio tengo por los libros, que distancia por nuestro pobre arte y por todas las cosas conocidas! Sentandome en una piedra, espiado de las malezas, cerca o lejos de los hombres, a veces como que vuelvo a coger el hilo de la realidad verdadera, y toda la cascara aparente que estamos viviendo y a la que nos tienen habituados, se disuelve y desaparece; y hombres y paisajes adquieren un color, un sentido, algo que palpita profundamente! Este viejo del frutillar me ha tratdo otra vez esa sensacion. Se burlan de mt las pocas gentes que me conocen; me menosprecian por mis vagancias, y fienenme los mios por un pobre diablo ocioso. La verdad es que en ocasiones tengo vergiienza

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