UN .JUEZ RURAL 73 al entregar a las demandadas unas sillas que le habian mandado componer, y cobrar su frabajo, no quisieron pagarselo, alegando, falsamente, que el tambien les debia, y como Norambuena insistiese en que si no se le cancelaba iba a retirar dichos muebles, Jesus Aidepete y sus hijas Rosa y Emilia arremetieron contra el, enarbolando las mismas sillas que acababa de componer, rompiendoselas en su propia cabeza. Los golpes le hicieron manar tanta sangre, que quedo aturdido. Viene por lo tanto a pedir que el Juzgado castigue a la Alderete y sus hijas, previo pago de las cosfas de esta querella, y de lo que se le adeuda por su trabajo, suma, esta ultima, que estima en treinta y cinco pesos. Firmo a ruego de Juan Norambuena, por no saber hacerlo, Diego Alvarez Lantadilla». —dHa oido, senora, la demanda del maestro Norambuena...? —Hablen ustedes, ninas!—imploro la senora Alderete, anciana gibada y temblorosa—Hablen ustedes! Las llamadas ninas, mujeres ya mayores y

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