44 PEDRO PRADO do, buscando en torno una ayuda...Alli sobre la mesifa de noche dejara desde dias atras varios libros. Libros! Con displicencia los veia. Alii esfaba Xenofontes. Tenialo a su alcance desde su nombramienfo, porque aun recordaba el entusiasmo que su lectura, hecha en anos anteriores, le desperfara; entusiasmo ante los razonamientos de Socrates en esas paginas expuestos. El filosofo griego, aclarando el senfido de las cosas, constituyo en un tiempo su mas profunda admiracion. Volvio a trechos a releer el libro en esa noche de insomnio. Pero antes de la nueva lectura ya comenzo a herir su sensibilidad exacerbada la mezquina apariencia exterior de esa edicion barata; el papel basto y amarillento, trufado de pequentsimas astillas de madera; la tipografia plagada de errores, todo agravaba su irritabilidad. iY esos eran los discursos de Socrates? Ese artificioso fluir de razones (Lpudo alguna vez deslumbrarlo? jRazones y razones, engarzandose unas en las otras con toda la pretension de seguir el unico camino posible! Repugnante llegar y llegar a con-

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