UN JUEZ RURAL 39 a su amigo un gesto de burlesca sumision. Solaguren, todavia cuajada en su rostro la sonrisa que le subiera en la audiencia, sintio que ella se ie ahondaba aun mas. Los ojos prendidos a algo inmovil e invisible, quedo, como escuchando en silencio, amasa que amasa unas migas de pan.

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