116 PEDRO PRADO rremoto no se levantan los cierros, y ya ve como estan... —Cuando llegamos habta unas vacas... —Es inutil echarlas; siempre vuelven. En la noche se pasan todas las de los potreros vecinos; les gusfa dormir al abrigo de estos arboles; y yo dque puedo hacer? Lo que cierro hoy, manana esta abierto! Una vez se cayo una vaca aqut dentro —dijo senalando una fosa abierta.— Desde entonces puse ramas, alambres y Io que pude encontrar en torno de los galponcitos. jEl trabajo que cosfo sacarla! —Y ique significan eslos ataudes tan pequenos entre las vigas?—pregunto Mozarena, —Son de ninos—aseguro Solaguren. —No, senor, son restos. —iRestos! ide que? —Cuando pasa el tiempo, y de los finados solo quedan unos pocos huesos, y los cajones aun estan servibles, los saco y los pongo en estos chiquitos. —Ah! ienfonces esos ataudes que estan cerca de su casa...? —St; como no todos tienen dinero para com-

RkJQdWJsaXNoZXIy Nzg5NTA=