60 PEDRO PRADO nubes aborregadas, que dejaban filtrar una pesada y quieta resolana de oro. Toda la copa del cielo parecia la de un arbo), y el lento desaparecer de las nubes trata el recuerdo del silencio con que las hojas se desprenden y ruedan al olvido. Nigun companero mejor que Mozarena; tentan gustos semejantes, caracteres parecidos, similitud de apreciaciones sobre la vida y sobre el arte. Solaguren caminaba mudo, sintiendo el placer que trae tan ansiada companta. Encontrabase mas optimista, mas fuerte y seguro. La marcha era una delicia, y el silencio que los envolvta cargabase de mutua comprension, palpitando en torno de ellos como una cosa viva. Iban por el terraplen del ferrocarril a Valparaiso. Atravesaron el puente sobre el Mapocho y siguieron, con vagas sonrisas cuajadas en los rostros ardientes, contemplando caserios y campos de labranza. Cerca de Renca diviso Solaguren, hacia el Oriente, un caseron que llamaban el «Mirador. Viejo». En aquella tarde languida y dorada, a traves de hojarascas
RkJQdWJsaXNoZXIy Nzg5NTA=