UN JUEZ RURAL 57 ridad. Quiera el destino que fodos los casos que en adelanfe se me presenfen sean lo mismo. Sientense ustedes. Escriba, secretario, la sentencia. "En el caso de don Beno o del almacigo de cebollas, el Juzgado desestima la demanda, porque no es verdad que existan en transacciones de negocios los llamados tontos pillos. Sucede que nuestra avaricia es mas ciega que la mas torpe de las simplezas ajenas; es ella la que nos reduce a un grado inferior de estupidez al de los crefinos publicamenfe reconocidos». —Senora,—dijo Solanguren, dejando de diefar y dirigiendose a la demandanfe—comprendo su vergiienza, pero usted perdone: antes que el juez, habta dicfado sentencia en su contra la vida misma.. Pasados tantos dtas qde donde quiere usted que exfraiga cincuenta pesos de don Beno? —Yo voy a reclamar en Santiago de la conducta del juez—dijo indig'nadisima la mujer, saliendo a espefa perros.

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