48 PEDRO PRADO que se nos presenta a examen y nuesfra intuicion inmediafa sobre el. Se engana o miente quien cree construir razonamientos como algo ajeno a la conclusion expontanea que entrevio desde el primer instante. No por quedar oculfa a los que no saben observarse, desde el primer momento, ella deja de estar menos presente. Despues, para fingir una aparente continuidad que de vigor a lo que decimos, o que nos libre de culpa por las consecuencias al parecer deducidas, rellenamos el espacio en bianco con huecas frabazones logicas. Sintiendo dolorida la cabeza, Solaguren, sonrienfe y confiado, y a la vez compadecido de si, apago la luz, comprendiendo que debia dejarse a esas horas de tales cuestiones. Habia que dormir... dormir! Pero toda aquella nueva verdad se le adheria tenazmente, ocupando su conciencia entera. Una pierna la sintio humeda y tria, y un gran calor comenzo a subirle por la espalda. Con un golpe violento, buscando una nueva postura, y en ella el olvido y el sueno, hizo
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