UN JUEZ RURAL 233 talon extrajo el pequeno revolver y un manojo de Haves. Estaba inclinado cuando creyo vislumbrar que algo se movia en un rincon oscuro. En el silencio creciente, su corazon azorado sono como un pendulo. En contorno todo estaba quieto hasta la obsesion. Penso en el mendigo, en los asaltos a las casas abandonadas, y quedo receloso. A1 ir acercandose al sitio donde algo se moviera... un hombre vino a su encuentro! iUn hombre...! —Quien... quien!—grito despavorido y quebrantado por el terror se detuvo; y vio que una sombra, sonriendole con una mueca dolorosa, visibles los dientes agresivos, tambien se detenia. [Y era ell "|Era su imagen, era Esteban Solaguren surgiendo de las profundidades de un espejo! Y como dos perros vagabundos que se encuentran en su camino y se acercan, se acercan, sacando de su mutua descontianza implorante sumision, extrana curiosidad y contenida fiereza, ambos fueron aproximandose, aproximandose...! Y Solaguren, aun enloquecido, miraba in-

RkJQdWJsaXNoZXIy Nzg5NTA=