UN JUEZ RURAL 245 siente necesidad o placer de referir y ostentar ante una mujer desconocida? —Otro discurso—interrumpio Mozarena.— Tu ves faldas juntas y te sientes orador! Y despues... nada! —St; ast fue; despues... nada! Les hable de como disfrazarse con algo de ternura, es decir con algo de mujeres; porque, ellas me perdonasen, sertan cualquier cosa, menos... Las infelices callaron. Mis companeros—algunos estaban bebidos—dijeronle grosertas, y todos, descontentos y ruidosos acabamos por despedirnos. —Y ahora dfambien vas a perorarles? —Mira—dijo Solaguren—son tan estupidas! La noche esta agradable! No vayamos, iQuieres? Y Alameda abajo siguieron ambos amigos burlandose de Ios planes abandonados. —dNo es verdad—dijo Solaguren—que ahora nos sentimos mejor, como mas libres? Es preciso reir, burlarnos de nosotros mismos! La vida no se entiende; las tristezas caen sin senfido, y la angustia se adhiere a nosotros y
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