240 PEDRO PRADO para librarse mas pronto de tal hibridez nacio la ironta exaltada. —Que ridtculo es el hombre —exclamo Solaguren.—Como cambia mi animo! Yo estaba triste, triste como un pajaro bajo la lluvia, y ahora, ves—dijo empinando un vaso de vino —ahora hasta de mi me rio! iQue estupida importancia damos a nuestras sensaciones! Las queremos ligar a la infuicion del mas alia, a la nostalgia por un bien perdido, a que se yo... y bebes, y todo aqueilo vira; y comes langosta, y sobreviene un nuevo cambio; ingieres estas perdices descompuestas, y el escenario da una vuelta definitiva! —Si, hombre, si! Tienes razon. Tambien yo la enfermedad de mi chiquillo; mi situacion economica; esa case maldita en que vivo... Ahora, es cierto, todo parece distinto... Pero, manana? —Manana? No te enturbies el animo, ni desprecies el hoy por el manana. No te acostumbres a vivir por adelantado. Si te encuentras en la hora de hoy y senalas la hora de manana, eres un ma! reloj que induce a error.
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