UNA COMIDA ALEGRE Cuando Solaguren desperto, el dormitorio estaba casi oscuro. Con gran prisa, saltando del lecho, abrio la ventana. En las cornisas de los mas altos edificios del otro lado de la calie veianse los ultimos rayos del sol poniente. Un vendedor voceaba su mercaderia. Las aceras, sin el azote del sol, poblabanse de pequenas tertulias. iQue hacer ya? No alcanzaria a llegar al
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