UN JUEZ RURAL 187 poco de ironia y desenfado en mis sentencias, talvez buscando salida facil a asuntos de apariencias ridiculas y superficiales, en verdad de doctrina tan profunda como otra cualquiera. Asuntos fueron esos doblemente enganosos, que mis breves meditaciones, mi escaso saber y mi incapacidad personal, me vedaron percibir desde sus ratces. En la ironia se dice que hqy piedad hacia los hombres, lo creo un error; hay piedad hacia uno mismo. Quien usa de desenfado, encuentra un facil expediente con el que engana a si propio y a los extranos por la superioridad en que parece colocarse quien la emplea. Todo ello es, sin embargo, perdonable; porque la ignorancia del hombre es grande. y la tristeza y desesperacion que la ignorancia trae, al ser urgida, es menester vencerla de algun modo, bien sea con malas armas. No me culpo de lo hecho; me duele, si, haber tenido que emplear a mi vez esos mezquinos recursos sin la debida inconciencia: asi no me fue posible obtener la tranquilidad ambicionada. Dejame todo lo hecho un amargo
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