UN JUEZ RURAL 139 las necesidades de una familia tan numerosa como la mta: un celemtn de bocas, Usta; un celemtn incapaz que vive pegado a mis costr lias... Pues bien, senor, y Usta perdone mi osadta, esto pasaba en tiempos, es verdad, de malos jueces; pero ahora que trabajo a las ordenes del mejor que existe en el pats, poco a poco me voy muriendo de hambre, no sin haber agotado ya cuantos centavos de economtas logre en esa otra epoca reunir, y no sin quedar desprovisto de no pocos objetos necesarios, hoy depositados en el montepto. dPor que pasa esto? dira usted; cuando segun propias declaraciones mtas, hay mas movimiento que nunca en el Juzgado? Yo tambien me lo pregunto, y dudo de mis deducciones; mas me parece que, si es verdad que ahora trabajo poqutsimo, puesto que apenas si redacto las demandas, y escribo la brevedad de sus sentencias, tambien es cierto que no trabajo menos por deseos propios, sino por imposibilidad de escribir con mayor extension, de citar a mayor numero de testigos, de llamar para sentencia, de cumplir, y aqut todos mis perdones, por tamana osadta,
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