UN JUEZ RURAL 99 Cordillera de los Andes. Recordo Solaguren que en las tardes de verano, ano a ano, veia agruparse sobre la mole andina esas mismas eternas nubes. Y al observar las aguas turbias y oscuras del rio, aguas cambiantes y siempre iguales; al ver los arboles que tratan el recuerdo de arboles incontables, la luz de ese dia, claridad sorda, identica a la de los dias innumeros de todos los estios que viviese, le trajo una sensacion de oscuridad, de pobreza, de pequenez y de hastio. .Volvio a trepar trabajosamenfe por el sendero empinado y resbaladizo, de suelta tierra arenosa. Mozarena no esfaba en su lecho de toronjiles. Fue buscandolo hasta encontrarlo en grata charla con la hija de la duena de casa. En cuclillas delante de la acequia cristalina, la blusa arremangada, dejando ver unos brazos gordos, suaves y morenos, la muchacha reta cosquillosa de las palabras del pintor. Mozarena de pie, al lado de ella, no sintio llegar a su amigo, y este pudo ver como, desde aquel sitio, al inclinarse para batir la ropa que
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