vacío en el presidio, y que lo esperaba todavía; que el robo de Gervasillo lo arrastraba a él. Se decía que en aquel momento tenía un reemplazante, y que mientras él estuviese representado en el presidio por Champmathieu, y en la sociedad por el señor Magdalena, no tenía nada que temer, mientras no impidiera que cayera sobre la cabeza de Champmathieu esa piedra de infamia que, como la del sepulcro, cae para no volver a levantarse. Encendió la luz. —¿Y de qué tengo miedo? —se dijo—. Estoy salva-do, todo ha terminado. No había más que una puer-ta entreabierta por la cual podría entrar mi pasado; esa puerta queda ahora tapiada para siempre. Este Javert que me acosa hace tanto tiempo, que con ese terrible instinto que parecía haberme descubierto me seguía a todas partes, ese perro de presa siempre tras de mí, ya está desorientado. Está satisfecho y me dejará en paz. ¡Ya tiene su Jean Valjean! Y todo ha sucedido sin intervención mía. La Providencia lo ha querido. ¿Tengo derecho a desordenar lo que ella ordena? ¿Y qué me pasa? ¡No estoy contento! ¿Qué más quiero? El fin a que aspiro hace tantos años, el objeto de mis oraciones, es la seguridad. Y ahora la tengo, Dios así lo quiere. Y lo quiere para que yo continúe lo que he empezado, para que haga el bien, para que dé buen ejemplo, para que se diga que hubo algo de felicidad en esta penitencia que sufro. Está decidido: dejemos obrar a Dios. De este modo se hablaba en las profundida-des de su conciencia, inclinado sobre lo que po-dría llamarse su propio abismo. Se levantó de la silla y se puso a pasear por la habitación. —No pensemos más —dijo—. ¡Ya tomé mi deci-sión! Mas no sintió alegría alguna. Por el contrario. Querer prohibir a la imaginación que vuelva a una idea es lo mismo que prohibir al mar que vuelva a la playa. Al cabo de pocos instantes, por más que hizo por evitarlo, continuó aquel sombrío diálogo con-sigo mismo. Se interrogó sobre esta \"decisión irrevocable\", y se confesó que el arreglo que había hecho en su espíritu era monstruoso, porque su \"dejar obrar a Dios\" era simplemente una idea horrible. Dejar pasar ese error del destino 98

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