en lo que ha creído, tenía razón. Es un hombre excelente. Amalo mucho cuando yo no exista. Señor de Pontmercy, amad siempre a mi querida niña. Cosette, escucha: ese dinero es tuyo. Aho-ra lo entenderás. El azabache blanco viene de Noruega; el azabache negro de Inglaterra; los aba-lorios negros de Alemania. El azabache es más ligero, más precioso, más caro. En Francia pueden hacerse imitaciones como en Alemania. Se necesi-ta un pequeño yunque de dos pulgadas cuadra-das y una lámpara de espíritu de vino para ablan-dar la cera. La cera en otro tiempo era muy cara. Se me ocurrió hacerla con goma laca y trementi-na. Es muy barata, y es mejor...\" No le fue posible seguir. La pluma se le cayó de los dedos; le acometió uno de esos sollozos deses-perados que subían por instantes desde lo más hon-do de su pecho. El desdichado se tomó la cabeza entre las manos y se hundió en la meditación. —¡Oh! —gritó para sus adentros, con lamentos que sólo Dios escuchó—. Es el fin. No la veré más. Es una sonrisa que pasó por mi vida. Voy a sepul-tarme en la noche sin volverla a ver. ¡Oh!, ¡un minuto, un instante, oír su —voz, tocar su ropa, mirarla, a ella, al ángel mío, y luego morir! La muerte no es nada; pero ¡morir sin verla es horri-ble! Una sonrisa, una palabra suya. ¿Puede esto perjudicar a alguien? Pero no, todo ha terminado para mí, todo. Estoy solo para siempre. ¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡No la volveré a ver! En aquel momento llamaron a la puerta. IV. Equívoco que sirvió para limpiar las manchas Esa misma tarde, cuando Marius entraba en su gabinete para estudiar unos asuntos, le entregó Vasco una carta, diciéndole: —La persona que la ha escrito espera en la antesala. Cosette daba una vuelta por el jardín del bra-zo del abuelo. Hay cartas que, lo mismo que ciertos hombres, tienen mala catadura. Papel ordi-nario, manera tosca de cerrarlas; con sólo ver algunas misivas, repugnan. La carta que había traído Vasco pertenecía a esta clase. Marius la tomó y sintió olor a tabaco, desper-tando en él una serie de recuerdos. Miró el sobre. Conocido el tabaco, fácil le fue reconocer la letra. Se 516

RkJQdWJsaXNoZXIy Nzg5NTA=