LIBRO QUINTO. La noche en blanco I. El 16 de febrero de 1833 La noche del 16 de febrero de 1833 fue una no-che bendita. Sobre sus sombras estaba el cielo abierto. Fue la noche de la boda de Marius y Cosette. La fiesta del casamiento se efectuó en casa del señor Gillenormand. A pesar de lo natural y trillado que es el asunto del matrimonio, las amonestaciones, las diligencias civiles, los trámites en la iglesia ofre-cen siempre alguna complicación; por eso no pudo estar todo listo hasta del 16 de febrero. Ahora bien, ese 16 de febrero era martes de Carnaval, lo cual dio lugar a vacilaciones y escrú-pulos, en particular de la señorita Gillenormand. —¡Martes de Carnaval! —exclamó el abuelo—. Tan-to mejor. Hay un refrán que dice: Si en Carnaval te casas no habrá ingratos en tu casa. Unos días antes del fijado para el casamiento, Jean Valjean tuvo un pequeño accidente. Se lasti-mó el dedo pulgar de la mano derecha; y sin ser cosa grave, como que no permitió que nadie lo curara ni que nadie viera siquiera en qué consistía la lastimadura, tuvo que envolverse la mano en una venda y llevar el brazo colgado de un pañue-lo, por lo cual no le fue posible firmar ningún papel. Lo hizo en su lugar el señor Gillenormand, como tutor sustituto de Cosette. Todo fue normal ese día, salvo un incidente que se produjo cuando los novios se dirigían a la iglesia. Debido a arreglos en el pavimento, la co-mitiva nupcial hubo de pasar por la avenida don-de se desarrollaba el Carnaval. En la primera berli-na iba Cosette con el señor Gillenormand y 481
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